LA AMÉRICA DE UNA PLANTA

No hay mejor manera de empezar esta serie de notas que con una recomendación literaria. No sé si leer es imprescindible para ser persona como Dios manda, pero a mí al menos me ha reportado siempre grandes placeres.
La América de una planta es un libro de viajes escrito por Ilf y Petrov, dos autores soviéticos que firmaron conjuntamente muchas obras, algo no particularmente frecuente. A mediados de los años 30 decidieron viajar a Estados Unidos para recorrer el país de costa a costa, con la intención de comprobar por sí mismos la realidad del gigante capitalista desde la perspectiva de dos ciudadanos del Imperio de los Soviets, por entonces gobernado por Stalin. Por equipaje algo de ropa y un montón de cartas de recomendación para facilitarles la labor. Por compañeros de viaje improvisados, un matrimonio típicamente americano -los señores Adams-, y como medio de transporte, un flamante Ford color gris ratón. Y la infinita carretera, claro está... Salpicado de magníficas dotes de humor e ironía, La América de una planta es un retrato muy perspicaz, divertido y entretenido de un país no tan diferente al de hoy día, que nos sorprende por su actualidad pese a estar escrito hace más de 70 años. Su lectura nos hace reflexionar sobre lo estúpido e irreal de los tópicos y los sectarismos políticos, sobre la necesidad de que las relaciones entre naciones, por encima de todo, deberían basarse en el cara a cara de seres humanos, en la fraternidad y no en la bronca, el miedo y la desconfianza. Su lectura no sólo me parece muy recomendable, sino necesaria para entender muchas cosas que la propaganda y el reduccionismo mental han extendido por ahí. Con cariño y humor, Ilv y Petrov dibujan lo mejor y peor de una tierra tan interesante como paradójica.